La historia de Prado es valiente, y con toda seguridad, una de las muchas que quedaban por escribir de todas esas vidas cotidianas que fueron truncadas durante los años más crueles de la guerra y la posguerra en España. Es una historia, que pese a estar situada en Extremadura, se entenderá a la perfección en cualquier municipio de nuestro país, en cualquier parte del mundo, porque, pese a la guerra, la novela habla de las vidas de las personas, que por casualidad estaban ahí, que son esas, pero podrían haber sido otras. Pero Prado no camina sola en este viaje, la recupera y la protege un hombre, que muchos años después se ve metido, como muchas cosas de las que ocurren en la vida, por casualidad, en varias historias paralelas que hacen que la historia sea ágil y actual. Las costumbres, las habladurías y las venganzas son solo algunas de las situaciones con las que se encontrará el lector que se sumerja en este libro donde se mezcla el tono epistolar de unos diarios, con los diálogos más actuales y vivos de los personajes.